La Mansión de la Quimera de Luis Alarcón

A partir de las ruinas de una mansión enclavada en medio de la nada selvática correntina, esta crónica de aventuras y existencial al mismo tiempo, se adentra en la construcción de una metáfora de la Argentina.

En ese periplo exploratorio de la mítica Mansión de Invierno, se desgranan historias de personajes que coinciden en un viaje de ida y vuelta hacia esa Empedrado de comienzos del siglo XX que, desde la aparición de aquella misteriosa mansión, fue rebautizada como la “Perla del Paraná”.

Es imposible separar cada uno de los personajes de los tipos sociales de un país que, en aquel tiempo, parecía tener un destino de grandeza al alcance de la mano.

En esa empresa colectiva, en los días previos al estallido de la Primera Guerra Mundial, se asiste -en la anécdota de esta novela- al choque cultural entre actores de una nación a la que le cuesta encontrar su identidad y, por lo tanto, su destino.

La racionalidad positivista y la mitología aborigen se entrecruzan en un drama que aquí se viste con los trajes de la ficción. Pero detrás de esa ficción asoma el terreno real de los grandes debates y relatos de un país en su laberinto.

“Ellos y nosotros somos parte de este mismo país”, dice uno de los personajes. “Y, sin embargo -agrega- ¡cuánto abismo léxico y cultural nos separa! ¿Qué nación podrá edificarse si son más las barreras que los puentes?”

Serpenteando ese dilema avanza esta novela, como el barco en que navegan sus pasajeros-personajes.